lunes, 10 de octubre de 2011

Capitulo 29 "¿De quien es esa carta?

La mañana siguiente Renata, despierta antes de que Jerónimo, al momento de que se iba a levantar de la cama, se le cae una pulsera, así que se acuclilla para recoger la pulsera y se encuentra con un sobre….

Observa el sobre detenidamente, le da vuelta y nota que no tiene remitente, pero a pesar de eso, esta muy bien sellado, como Jerónimo continua durmiendo, sale de la habitación y camina directamente hasta la cocina.

Renata: Hola Manuelita, ¡buen día!, ¿Cómo amaneces?

Manuelita: Muy bien señora Renata, y ¿usted?

Renata: Bien.. De casualidad, ¿tu dejaste esta carta en mi recamara?

Manuelita: No señora, y tampoco vi a ningún mensajero traerla, quizás Matilde sepa algo, ¿pero no tiene remitente?

Renata: No, no trae por eso se me hace extraño, es mejor que le pregunte a Matilde..

Renata sale de la cocina y cuando estaba a punto de entrar se encuentra con Matilde

Renata: Oye Matilde, ¿tu dejaste este sobre en mi recamara?

Matilde: No, para nada acá nadie ha traído ningún sobre.

Renata: Si tu lo dices, gracias.

Renata un poco extrañada, entra en el despacho, se sienta y deja la carta frente a ella, observándola detenidamente, por otro lado
Matilde: Creo que la señora Renata, ya esta paranoica

Jerónimo despierta, pero antes de abrir sus ojos, mueve sus manos por todos lados, esperando encontrar a Renata para abrazarla, pero después de unos segundos, al no toparse con nada, abre lentamente sus ojos y se da cuenta que Renata no estaba en la cama, por lo que mira el reloj y a pesar de ser aun temprano, se cambia y camina en dirección a la cocina, pero antes se percata de que el despacho tiene la puerta abierta, así que se acerca hasta el y extrañadamente mira que no hay nadie, cuando sale de el, se encuentra con Carlos.

Carlos: Hola Jerónimo, vi salir a Renata pensé que ibas con ella.

Jerónimo: ¿Renata?.... ¿estas seguro?

Carlos: Claro Jerónimo, tu mujer es inconfundible.

Jerónimo: ¿Y no dijo a donde iba?

Carlos: No, tal vez le dijo a Lázaro.

Jerónimo: Gracias Carlos, (le da una palmadita en el hombre y sale)

Lázaro: Don Jerónimo, buen día.

Jerónimo: Hola Lázaro, muy bien gracias, de casualidad, ¿Renata no te dijo a donde iría?

Lázaro: No patrón, solo tomo la camioneta y se fue.

Jerónimo: Que raro, ella nunca sale sin avisar, la llamare a su teléfono. Por cierto, mas tarde pasa por el despacho, necesito que hablemos sobre la nueva cosecha.

Jerónimo entra de nuevo a la casa, va hasta la habitación, toma su celular y marca al de Renata.

Jerónimo: ¡Vamos Renata contesta!

Renata, no escucha la llamada del celular, porque lo tenía en modo “silencio”

Renata estaba manejando, se encontraba un tanto sumida en sus pensamientos, entre la lucha de creer y no creer, confiar o no confiar….

Renata: Cuantas veces, hemos dicho, que debemos confiar uno en el otro….(Una lagrima recorre el rostro de Renata), esto tan solo debe ser una mentira, y lo aclarare lo juro.

Una vez que Renata llega a su destino, toca la puerta incansablemente hasta que por fin sale la persona a quien ella esperaba encontrar

Renata: Quiero una explicación de esto. (Renata entrega la carta a la mujer, mientras mantiene una mirada fría)

Olivia queda perpleja al ver a Renata frente a ella, después de lo de ayer, esta pensaba que todo había quedado culminado entre ellas.

Olivia: ¿Qué es esto?

Renata: Eso mismo me estoy preguntando yo, dime la verdad, ¿a quien le estas trabajando?

Olivia: ¿Trabajando?, espera un momento, que significa este sobre, y tu aquí, yo pensé que las cosas habían quedado en claro ayer.

Renata: Eso mismo, pensaba yo, pero me encontré con esa “maravilla” (lo dice en tono sarcástico), esta mañana.

Olivia, mira a Renata y luego abre la carta y lee.

“Gracias por esa noche…. Att: Olivia…“ (al terminar la carta sellaba con un beso, en la parte inferior)

Olivia asombrada y recordando lo que había acontecido la noche anterior…

Olivia: Espera Renata, no es lo que tu crees.

Renata: Hay Olivia por favor, ni que fuera entupida tu enviastes esa carta y dice algo y ante nada confió en Jerónimo, y creo que todo esto se ha vuelto algo personal, entonces dime ¿Qué quieres de mi?

Olivia: Piensa lo que quieras… Y si eres bastante ingenia, porque eso no lo escribir yo. (Arquea levemente la ceja y mantiene su mirada hacia la de Renata)


Renata: Por dios, Olivia, si es así explícame que significa esto.

Olivia: No lo se, pero te aseguro que no fui yo, allá tu si me quieres creer o no, pero algo te puedo decir, que no eres a la única que están llegando ese tipo de cartas.

Renata: ¿Cómo?

Olivia: Ayer en la noche, Roberta recibió una carta algo parecida a esta, pero …….. (se detiene y se mantiene en silencio por unos segundos) Mejor vete de aquí y resuelve tus problemas con Jerónimo.

Olivia hace que Renata salga desconcertada de la habitación.

Olivia: Algo aquí anda muy mal, ¡ay Samuel discúlpame! (Olivia se encuentra en un estado desconcertante, ante lo que estaba pensando llevando sus manos hasta su rostro)

Olivia sale de manera impulsiva de la habitación y toca la puerta de a lado (habitación de Samuel), estuvo tocando un par de minutos, pero al ver que nadie salía, se dirige hasta la recepción, pero al preguntar por él se lleva la sorpresa que este ya no se encontraba hospedado, además de que había abandonado el hotel la noche pasada.

Renata regresa a la hacienda, al entrar a la casa estaban los niños jugando por toda la sala, Renata saludo a sus hijos a sus sobrinos.

Matilde: Señora Renata hasta que llega, ¿donde andaba?, tenía bien preocupado el señor Jerónimo.

Renata: Ay Matilde, ni me digas nada, Amiga ven acompáñame al despacho.

Una vez que entran al despacho.

Adriana: ¿Qué tienes?

Renata: No se ni como comenzar, ¿has visto a Jerónimo?

Adriana: El esta en los viñedos, creo que tardara un rato mas, porque salio con Matías y Carlos.

Renata: ¡Ay Adriana!, no se que pensar, no se que hacer.

Adriana: No me asustes Renata, esa salida tuya desde tan temprano y ahora verte así… ya dime que te sucede.

Renata: Esta bien te lo diré, pero es que no es fácil. Esta mañana encontré una carta en mi habitación, diciendo un montón de tonterías……

Adriana: Renata, cálmate ¿Dónde esta la carta?

Renata toma su cartera, mira su celular y seda cuenta que tiene algunas llamadas perdidas de Jerónimo, encuentra la carta y se la muestra a Adriana.

Adriana: ¿Y esto que? (que perpleja ante o que lee)

Renata, le cuenta que había ido a hablar con Olivia y lo acontecido, después de un rato, alguien abre la puerta, pensando que nadie se encontraba dentro del despacho.

Jerónimo: ¡Disculpen!, no sabia que estaban aquí, (después de hablar se da cuenta que Renata estaba allí, y se la queda mirando de una manera diferente, en el aire sentía que alo no estaba bien), Renata, amor ¿donde estabas?, estuve llamándote al celular y no respondías, me tenias preocupado.

Adriana se levanta de la silla.

Adriana: Permiso, es mejor que los deje a solas.

A lo que sale Adriana, Jerónimo cierra la puerta y se acerca hacia Renata.

Jerónimo: ¿Qué tienes?

Renata: Yo se que muchas veces, hemos dicho que debemos confiar el uno en el otro y por eso, salí tan temprano, para tratar de aclarar las cosas, pero quiero creer en ti.

Jerónimo la toma de las manos, Renata toma la carta y se la enseña a Jerónimo, sin decir nada más.

Jerónimo: Yo no sé que gana con esto, pero te juro Renata que no tengo nada que ver con esto.. (Por momento Jerónimo se exalta)

Renata: Amor, mírame yo te creo, y no vale la pena que te pongas así, ven abrázame, necesito de tu abrazo.

Jerónimo: Mi vida, claro que te abrazo, pero no comprendo cuanto mas vamos a tener que soportar

Renata: no se cuanto más tendremos que soportar pero lo que si se es que nada nos separara.

Jerónimo: Te amo eso nada ni nadie lo cambiara

Carlos abre la puerta del despacho.

Carlos: Lo siento no sabía que estabas con Renata.

Renata: No te preocupes pasa yo ya me voy.

Jerónimo: ¿Qué sucede?

Carlos: Jerónimo es que surgió un problema necesito que vengas conmigo.

Renata se dirige a la habitación pero su mirada no es la normal sus ojos aun reflejaban un tono de preocupación, Adriana al verla así va tras ella

Adriana: Renata ¿que paso? ¿que hablaste con Jerónimo?

Renata: Nada no pasa nada todo está bien

Adriana: Si claro ahora resulta. Esa cara que tú traes me dice todo lo contrario.

Remata: Te juro que entre Jerónimo y yo todo está bien

Adriana: ¿Y la carta?

Renata: Mira (suspira profundamente, en voz fuerte pero quebrantada por el llanto) ya estoy cansada de que surjan tantas cosas que hacen que Jerónimo y yo nos separemos, estoy harta de que todo, mundo tenga algo que ver con mi vida, ya estoy cansada Adriana, ya quiero una vida en paz ¿será que si se puede?.

Adriana: ven Renata (la abraza) ya cálmate todo tiene solución además esa carta ya déjala, rómpela, no se pero ya no te preocupes por eso, tú sabes que no vale la pena.

Renata: No sé quien la pudo enviar, no lo sé pero el que lo hizo no podrá con nuestro amor.

Por otro lado Olivia desesperada por aclarar lo sucedido con Samuel y con la esperanza de que este la perdone por haber desconfiado de él decide a ir a su búsqueda, recorre los lugares de la ciudad pero sin obtener respuestas.

Olivia: ¿Dónde estas Samuel? Si superas cuanto estoy sintiendo el no confiar en ti ya aparece por favor.

Mientras en la bonita Renata esta con Adriana sentada en la sala tomando un te mientras que los niños juegan, cuando por la puerta aparece Roberta.

Roberto: Tía, tía (toma una de las piernas de Roberta)

Roberta: Hola mi príncipe ¿Cómo esta?

Renata: Hola Roberta pasa

Roberta: Gracias Renata, solo bien a ver a los niños y saber cómo estabas.

Renata: ¿Saber cómo estoy? Y eso

Roberta: Bueno es que (con un todo de nerviosismo)

Renata: No está bien Roberta no te preocupes es que ando un poco paranoica no me hagas caso.

Roberta se queda un tiempo jugando con los niños, mientras que Adriana y Renata se van a la habitación a seguir platicando

De una momento a otro Roberta se levanta a contestar una llamada esta se va a la cocina para hablar con tranquilidad

Mientras que Adriana sale de la habitación se dirige a la cocina en busca de un poco mas de te pero por el contrario se topa con una conversación que no le parece nada agradable.

Roberta hablaba con Olivia

Roberta: Yo a el le di todo, le facilite todos lo medios para que separara a Renata de Jerónimo.

Al escuchar estas palabras Adriana se sorprende y se retira de la cocina.

Adriana: Roberta tu nunca cambiaras solo te acercaste para hacer más daño, esto se lo tengo que decir a Renata.

Adriana se dirige a contarle lo sucedido a Renata

Adriana: Renata ya se bueno creo que se quien puede tener que ver con todo esto que te está sucediendo.

Renata: ¿sí? Pero como dime Adriana.

Pero cuando ya Adriana estaba decidida a decirle todo, es interrumpida por Roberta.

Roberta: Lo siento pero ya me tengo que ir es para que estén pendiente de los niños.

Renata: Claro si está bien y gracias por venir.

Roberta sale de la habitación

Renata: Aja ahora si dime ya Adriana

Jerónimo: Yo no sé qué te tendrá que decir Adriana pero tendrá que esperar porque usted señora de Linares, será raptada por mi. (se le acerca hasta ella la besa y acaricia subvente las mejillas de Renata)

Renata: Ay Jerónimo, si tu me raptas, esta bien, pero después que hablemos Adriana y yo ¿sí?

Jerónimo: Déjame pensarlo.

Adriana: No pues ya ráptala, Renata te cuento después.

Renata: Pero Adri

Jerónimo: Nada mi cielo nos vamos, Adriana te encargo a los niños.

Adriana: Está bien disfruten no se preocupen

Renata: Jerónimo ¿que se te ocurrió ahora?

Mientras Roberta se dirige al hotel donde se encuentra Olivia

Olivia: Hola Roberta, te estaba esperando.

Roberta: ¿Aun no sabe nada de Samuel?

Olivia: No, pero ya me estoy preocupando, porque entre Julián y Samuel nunca se sabe que puede pasar.

Roberta: Tienes razón, creo que es momento de mover otras piezas, sino todo se viene abajo

Jerónimo lleva a Renata a una pequeña cabaña acogedora llena de velas y rosas.

Renata: Mi vida, que hermoso todo esto, enserio dime ¿Quién te ayuda con todo esto?..

Jerónimo: Nadie, lo hago con todo mi corazón, solo y únicamente para ti, la única dueña de este corazón.

Renata: Eres un cursi de primera.

Jerónimo: ¿Cursi yo?

Renata: Mentira tú sabes que amo, cada vez mas cuando se te ocurren esta cosas.

Jerónimo: Ven acá, cierra tus ojos y une tus manos junto a las mías.

Renata: Ay Jerónimo, cuando estas cosas se te ocurren…

Jerónimo: Por lo mismo se me ocurren…

Renata: Jerónimo, si eres payaso… y luego de estar acá uniendo tus manos con las mías y cerrar los ojos… ¿puedo besar tus labios?

Jerónimo: Ven aquí y deja de hacer esas preguntas, puedes hacerme todo tuyo…

Ambos entre risas, empiezan a disfrutar del calor que emanaban sus cuerpos, desprendiéndose lentamente de sus prendas, la noche empezaba a caer y el frió de la noche se apoderaba de aquella cañaba..